Los beneficios de darte placer, además de mejorar tu salud, guardan estrecha relación con la emancipación femenina. En este trabajo mujeres cis y trans hablan de sus técnicas de masturbación y una sexóloga nos ayudará a despejar dudas. Estamos en mayo, el mes de la masturbación, aunque la fecha se celebra -especialmente- en Estados Unidos, hay propuestas de que se convierta en una fiesta global. En todo caso, siempre podemos festejar y ver nuestros propios fuegos artificiales.
El masturbarse aumenta el conocimiento sobre tu propio cuerpo, te permite tomar el control, saber cuándo y cómo disfrutar, aunque es un camino que puede hacerse acompañada, generalmente se recorre a solas, con lo cual se gana autonomía. En definitiva, “es un acto de empoderamiento de la mujer, que gana autoconocimiento y poder sexual, saber qué nos merecemos y que tenemos derecho a tener orgasmos y a exigir cómo y cuándo obtenerlos”, refiere la sexóloga argentina Barby Mariscotti, quien es especialista en género y diversidades sexuales, además, militante del colectivo femenino popular y disidente Mala Junta, de Amor Libre Argentina (ALA).
Durante siglos –comenta- la sexualidad femenina estuvo negada al placer, censurada, reprimida y castigada. Vista única y exclusivamente para la reproducción y satisfacer el deseo masculino. Aunque en muchos lugares aún se entiende de esa manera, actualmente, hay mayor libertad para hablar de sexo y, especialmente, del placer femenino. Hay menor vergüenza en reconocer y decir: “sí, yo me masturbo”.
En conversación con Universo Gay, la especialista destacó que si bien es cierto la masturbación –al menos en países occidentales- es cada vez menos tabú, se sigue hablando poco del orgasmo propiamente clitoriano.
“Es decir, de la posibilidad de frotar el clítoris y no meter nada en ningún lado y aun así llegar al orgasmo. Al menos en Argentina, yo creo que los adolescentes tienen otra apertura a lo sexual y hablan del tema con facilidad, pero les cuesta salirse del heterocentrismo. Pensar solo que la vagina debe ser penetrada para que exista relación sexual. Cualquier otro tipo de sexualidad, incluso la masturbación, les cuesta imaginarlo”, afirma.
Para Mariscotti las reglas impuestas por el patriarcado limitaron las capacidades de autosatisfacción que tiene la mujer, su capacidad multiorgásmica y de recuperarse rápidamente. Explica, por ejemplo, que médicamente el clítoris se conoce desde hace menos de 100 años, por lo cual, siempre se pensó que el placer femenino estaba vinculado a la penetración.
“A lo largo de la historia producto de este discurso jurídico-moral y religioso las mujeres no conocían sus capacidades sexuales ni tenía idea qué era el placer sexual. El acto sexual solo aparecía como un deber dentro del matrimonio”, afirma la sexóloga.
Refiere que el patriarcado necesita mantener limitada la sexualidad femenina para expandir su dominio, de allí que su liberación se castigara por siglos o fuese mal vista. “Era necesario que la mujer no entendiera cuál era su poder”, señala Mariscotti, quien también es psicóloga y educadora en sexualidades.
Entre los beneficios que proporciona la masturbación –destaca- el conocimiento. “Saber cómo nos gusta ser tocadas y qué parte nos excita”, en primer lugar. El segundo está vinculado a dar rienda suelta a la imaginación, aumenta la capacidad de fantasear y con ello la posibilidad de crear. Una persona cuanto más fantasea –dice- suele ser más flexible y con mayor capacidad de adaptación.
“El conocimiento de la propia sexualidad y el darle lugar a la fantasía siempre es una herramienta de empoderamiento para cualquier tipo de identidad. Me parece que los beneficios de conocer tu propio cuerpo, de fantasear y después a mostrarle a tu pareja cómo es tu cuerpo, de poder compartirlo, de poder decir qué te gusta y cómo te gusta va a ser empoderamiento para cualquier mujer, sea cis o transgénero”, aseguró la especialista.
Otros beneficios para la salud
• Al liberar neuroquímicos como las endorfinas te sientes más feliz
• Fortalece tus músculos pélvicos, lo cual benéfica tu relación de pareja
• Funciona como somnífero, así que es bueno para conciliar el sueño luego de un día estresante
• Es un buen analgésico, te ayuda en los dolores menstruales.
• Favorece la relajación y el bienestar.
• Mejorar la autoestima
• Mantiene los genitales sanos
• Fortalece el sistema inmunológico.
Mitos y leyendas
En la edad media las mujeres que se masturbaban eran consideradas herejes y se les relacionaba con la hechicería.
Un falso mito es creer que al aumentar su frecuencia se convertirá en una práctica adictiva. También hay quienes piensan erróneamente que, de tanto hacerlo, se pierde el deseo sexual de estar en pareja. Por el contrario, al aumentar el autoconocimiento hay más posibilidades del disfrute en pareja.
Si bien es cierto que, generalmente, es una práctica de una con una, no pasa nada si se hace en pareja. También se cae en el error de que al tener pareja no habría por qué necesitarlo, sin embargo, se puede convertir en un excelente juego para así conocerse aún más y salir de la rutina en la relación.
¿Se puede hacer si estamos menstruando? Si lo desea, hágalo. No implica ningún riego para la salud. La menstruación es un proceso natural.
Es una decisión absolutamente personal. Nadie está en la obligación de hacerlo o de dejar de hacerlo.
¿Estoy muy vieja para eso? Que la edad no sea un impedimento. Nunca es tarde para comenzar ni hay fecha límite para abdicar al autoplacer. La masturbación es perfectamente normal a toda edad y no importa si se está sola o en pareja.
Ellas nos cuentan sus técnicas de masturbación
Desde que estoy sola (sin pareja) mi mejor opción ha sido masturbarme. La frecuencia varía según las actividades diarias que desempeñe, pero, normalmente son 2 veces a la semana. No tengo una técnica predispuesta pero lo que sí es seguro es el uso de mi vibrador (impelable ). Normalmente las ganas nacen solas, veo vídeos pornos (de un tipo en particular, que me lo reservo por considerarlo mi fantasía) uso mis dedos y cuando ya estoy por las nubes entra en acción mi vibrador. ¿Qué he ganado? ¡Menos dolor de cabeza! ¡Evitar depre! Traer recuerdos maravillosos y sentirme divina. María Victoria, 48 años
A mí me dan más ganas por la mañana. Suelo hacerlo acostada en la cama. Tengo un vibrador y a veces me gusta usarlo también. Si lo uso espero para introducirlo en el momento de mayor intensidad. Recuerdo que una vez estaba haciéndolo y enviando notas de voz a mi pareja por Whatsapp y fue súper divertido. Le conté qué hacía y como me sentía, se me quebraba la voz y fue genial. Patricia, 29 años
Me gusta acostada en la cama, boca-abajo, con las piernas un poco más abiertas y descansando tu pelvis sobre la cama para asegurar un mayor roce y presión. Bajas la parte superior del cuerpo y descansas tu cabeza de lado, meto mi mano en medio de mis piernas hasta llegar a mi sexo. Con la mano en forma de cucharita comienzo a estimular mi clítoris. Afilándolo suavemente con los 5 dedos de la mano, lo envuelvo y comienzo a recorrerlo de abajo hacia arriba y viceversa. Imaginando que estoy encima de mi novia mirándola, besándola, viéndola sonreír y gozando de su contacto. Una vez voy alcanzando un mayor nivel de excitación y lubricación procedo a penetrarme con uno, dos, tres dedos… de forma muy rápida para alcanzar un riquísimo orgasmo. Alexandra, 43 años
Me encanta utilizar el chorro de la ducha, te invito a hacerlo si no lo has hecho. Claro, con esto del cambio climático y escasez de agua no debe realizarse muy seguido. Me provoca una increíble sensación estar ahí sintiendo la presión del agua golpeando sobre mi clítoris. He alcanzado orgasmos espectaculares por esta vía. Tanto así que salgo recién bañada y sigo sudando. Antonieta, 32 años.
Y las mujeres trans ¿se masturban?
Consultamos a Diane Rodríguez, una mujer trans ecuatoriana de 36 años de edad. Esto fue lo que nos contó.
Existe, lamentablemente, un tema tabú con respecto a la masturbación de las mujeres trans. Sobre todo porque la gran mayoría no se ha reasignado sexualmente. En este sentido tener un pene para ellas evidentemente es algo que va contra la norma. Este pensamiento funciona para aquellas mujeres trans que buscan ajustarse a las normas establecidas por la sociedad, y me refiero estrictamente a que femenina tiene que ir acompañada con una vagina, si no es el caso, entonces, está mal.
Estas mujeres trans que se ajustan a la norma, se privan evidentemente de una exploración corporal, y se privan de disfrutar plenamente de su cuerpo, de disfrutar a plenitud de su sexualidad. Porque lamentablemente ellas están esperando en algún momento de su vida, tener el dinero, los recursos o la oportunidad para operarse, y a partir de ello es que ellas piensan que pueden disfrutar de su sexualidad. Y eso, lamentablemente, hay que dejar en claro que les puede llevar incluso toda la vida o, peor aún, les podría costar la vida, porque convertir un pene en una vagina, es decir, hacerse la vagina plastia no es sencillo.
Para el caso de las mujeres trans empoderadas y feministas, y me atrevo a decir que lo soy en mi caso, al no tener conflicto entre nuestra feminidad y nuestro genital, o sea para ser claros, con nuestro pene, no existe ningún problema con respecto a la autoexploración. Por el contrario se convierte en una habitualidad. La mujer trans que está empoderada, por supuesto que se masturba, porque ama su cuerpo, ama su feminidad y, por tanto, no existe ningún impedimento como para no poder también disfrutar de su cuerpo a solas a través de la masturbación. Yo soy una mujer trans que me masturbo.
¿Utilizas alguna técnica en particular?
Bueno en mi caso personal no sé si esto sea una técnica, pero para yo poder encontrarme conmigo misma es necesario estar en lugar muy tranquilo, con silencio, es más aprovecho en algún momento que haya tenido estrés para poder hacerlo. También me preparo para ello, tengo por supuesto insumos que podrían facilitar el acto de auto explorarme, como por ejemplo, lubricante, entre otras cuestiones. No soy de las personas que usan complementos como fotos o vídeos, si se trata de una técnica, esta técnica para mí no funciona. Más bien mi creatividad en ese momento es la que me permite poder explorarme corporalmente y alcanzar el clímax.
¿Cómo es tu relación con tu pene?
Mi relación con mi pene es una relación amigable, francamente amo a mi pene. Mi pene no representa la palabra masculinidad para mí, entre mi genital y yo nos entendemos como una cuestión sublime de feminidad, al punto de considerarlo un macro clítoris. Todo lo que hay en mí representa feminidad. Esto es un punto importante, porque representa ese encuentro con la feminidad. Si tú no te reconoces dentro de toda esta feminidad y reconoces a todo tu cuerpo como un acto sublime de ello, entonces indiscutiblemente vivirás en conflicto el resto de tu vida esperando, por ejemplo, una resignación sexual.
No tengo nada en contra de ello, pero sí considero que antes de reasignarse sexualmente aquellas mujeres trans deberían primero disfrutar plenamente de su cuerpo Y de su genital. Si acto consiguiente de haber disfrutado de su cuerpo y de su genital no se siente satisfecha, entonces sí es un caso prudente para una reasignación sexual. También lo digo con conocimiento de causa. Si me preguntaban hace 7 años sobre mis genitales, pudiera haber dicho que aborrecía mi pene, y que estaba reuniendo dinero para operarme. Pero quizás la psicología y también mi maduración mental, que con lleva el aprecio a mi cuerpo y a mi genitales, me permitió hasta el día de hoy amar a mi cuerpo tal y como es.
Fuente: https://www.universogay.com/afondo/la-masturbacion-femenina-cuando-el-autoplacer-te-lleva-al-empoderamiento__15052018.html