“Yo voy a legislar para todo el Ecuador”: Diane Rodríguez, primer transexual que llega a la Asamblea Nacional
Por Yurien Portelles
Quito, 12 may (Andes).- Con cabello largo, labios encendidos, figura esbelta y vestida de blanco llegó Diane Rodríguez este viernes a Quito desde Guayas para recibir su credencial junto a otros 15 ecuatorianos que serán asambleístas nacionales en la próxima legislatura.
Su rostro es archiconocido para quienes habitan este país porque ha dado una lucha tenaz para dar a conocer los derechos de la comunidad GBLTI y desde el próximo domingo en que se posesione la nueva Asamblea Nacional será la primera persona transexual en llegar a este órgano por voto popular.
Como representante de las personas GBLTI, ha sido recibida en el mismo Palacio de Carondelet por el presidente Rafael Correa en varias ocasiones, y es una entrevistada habitual de los grandes medios de comunicación del país como defensora acérrima de sus derechos humanos y de esta comunidad.
Dispuesta, “supercontenta y reconocida por Alianza PAIS” tras su elección, accedió a relatar en apretada síntesis a Andes lo que ha sido su trayectoria pública para poder alcanzar esta responsabilidad en una sociedad donde persisten rezagos del patriarcado y donde ser transexual se torna un obstáculo difícil.
“Yo voy a legislar para todo el Ecuador”, advierte esta psicóloga egresada en 2015 de la Universidad Santiago de Guayaquil, donde ejerce su profesión en un consultorio privado. También egresó de un programa de gobernabilidad y gerencia política en ese centro de altos estudios y de la escuela de formación política de Alianza PAIS.
La ahora asambleísta alterna asegura que se ha capacitado para ejercer un cargo político. Foto: Cortesía de la entrevistada
«Me he capacitado para ejercer cualquier cargo político, no soy una persona que solamente quiere participar políticamente, yo estoy muy clara y muy consciente de que si yo voy a acceder a los espacios de poder y sobre todo al ámbito político debo capacitarme y eso es lo que he hecho», dice.
Pero sus primeras palabras han sido para aclarar que desde 2011 estuvo vinculada al Movimiento Alianza PAIS, aunque en un tiempo militó en un ala disidente de esta agrupación política motivada por sus principios defensores del feminismo, pero de la cual terminó separándose en la campaña electoral en 2012.
Un incidente la hizo reflexionar sobre cuál debería ser su nuevo paso y decidió llevar de forma independiente su campaña para lograr un escaño como parlamentaria “sola y con dignidad hasta el final”; también fue blanco de ataques por parte de un candidato presidencial en las elecciones de ese año.
“Dijo que yo era un hombre vestido de mujer que intentaba llegar justamente a los espacios de poder, que eso era una aberración y que ello iba en contra de las leyes de Dios y todas esas ridiculeces con las cuales se manejan los fundamentalistas”, relató.
En medio de esas vicisitudes no se cristalizó su aspiración, pero ello no la amilanó, sino que continuó su lucha y hoy se congratula de los avances alcanzados por la comunidad que representa en los últimos años.
Diane continúa levantando La bandera de la comunidad GBLTI para avanzar hacia una sociedad que reconozca sus derechos. Foto: Cortesía de la entrevistada
Tras los comicios, continuó su activismo y creó, hacia finales de 2015 dentro de AP, el primer Comité de la Revolución Ciudadana para población GBLTI simpatizante de esta agrupación política. «Lo que intentábamos era reunir a todas esas personas GBLTI en un solo Comité de la Revolución Ciudadana (CRC); ya existían GBLTI dentro del Movimiento AP, pero lo que nosotros hicimos fue darles una estructuración y sobre todo una principalización al tema GBLTI a través del CRC”; narró.
En 2016 recibió la acreditación como coordinadora de esta estructura y posteriormente fue postulada como precandidata a asambleísta alterna.
«El Movimiento Alianza País decide colocarme como asambleísta alterna del actual asambleísta principal Carlos Vera y con esto llevamos una campaña adelante que nos ha dado la oportunidad de llegar a la Asamblea; hemos trabajando conjunto de manera muy leal y sobre todo muy fuerte a nivel nacional, lo cual nos ha colocado dentro de la lista de los cuartos más votados a nivel nacional”, indicó.
Según cuenta, volvió a postularse en las pasadas elecciones, pese a que no logró su objetivo en las anteriores, porque su motivación es ganar justamente espacios de poder para continuar la lucha por la comunidad a la cual pertenece, históricamente discriminada, y aseguró que si no hubiera llegado a su meta, otra vez se habría postulado.
Entre los logros que les dan fuerzas para continuar está el reconocimiento de la ‘Unión de hecho’ homosexual, «que a pesar que estaba reconocida en la Constitución de la República del Ecuador, no era una materia ejecutable todavía en las Notarías, y no era una materia ejecutable todavía mucho peor en el Registro Civil de Ecuador».
Había sido un proyecto de Ley presentado en 2012 y que tuvo un alto porcentaje de aprobación, pero al cambiar la composición de la Asamblea Nacional, vino otro proceso de cabildeo con sus nuevos integrantes hasta que se hizo realidad en enero de 2016. “Fue muy duro, fue complicado, por un tiempo mandaron a la congeladora la ley, finalmente convencimos al Ejecutivo y sobre todo también a los asambleístas de que la ley debía justamente materializarse», comentó.
Como resultado, además de ser reconocida la ‘Unión de hecho’ entre homosexuales en Ecuador, la cédula de identidad registra el cambio de sexo por el de género. Ello fue fundamental para que en las elecciones, una vez reconocido este derecho, los ciudadanos ejercieran su voto en la fila indicada según su género.
“Esta propuesta de ley que no lo tiene ningún país, ni siquiera en los países escandinavos, supera cualquier criterio; pusimos en la mesa una ley que diferencia el derecho público de derecho privado. Mi derecho privado como el sexo queda en la partida de nacimiento y solo cuando yo lo quiera lo haré público, y el género como derecho público siempre debe estar en el documento de identidad”, explicó
Resalta, además, la aprobación en el país de la Ley de Comunicación porque les permitió como sociedad civil alcanzar reivindicaciones para exigir el respeto a sus derechos y, por ejemplo, demandar un canal de televisión nacional por denigrar no solo a la comunidad GBLTI, sino a otros grupos de la población ecuatoriana. “Nos hacían daño, nos ridiculizaban, creaban apología de la discriminación», describió.
Ahora emprenderá nuevas luchas, como fortalecer el acceso a la educación y al empleo de los GBLTI, pero asegura: «yo no voy a legislar solo para la población GBLTI”, y enumera propuetas “que ni siquiera nadie e imagina”, entre las que cita una ley para que impidan que empresas que generen olores espantosos estén cerca de las ciudades, como ocurren en Guayaquil, y otra para eliminar el estrés a través de la paz y poder obligar a respetar los decibeles permisibles en una urbe.
“Yo busco un Ecuador de paz, de seguridad, progresista un Ecuador productivo, un Ecuador que sea atractivo al turismo, que pueda ser ejemplo como ha sido a nivel internacional; eso es lo que es Ecuador en este momento pero debe de mantener esa línea en la perfección”, un sueño también de todos los ecuatorianos.
Diane creó su familia en el medio de la lucha por reivindicar sus derechos y de las personas GBLTI. Foto: Cortesía de la entrevistada
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