Una reflexión sobre el estrechón de mano y el beso en tiempos de #Covid19 por Diane Rodríguez


El #Covid19 nos ha enseñado a ser como los chinos, reservando dar la mano, besos a quienes apreciemos
(incluso en ocasiones ni a ellos para protegerlos).

He sido acusada frecuentemente de fría y sin emociones por reservar esos besos y estrechones de mano, porque sí, lo practicaba antes en mi vida.

Muchos ya no están aquí y quizás muchos más se irán o nos iremos. No sabremos si existió conciencia sobre el estrechón de mano y del beso. El punto es que, esto no termina.

Reducir las bioseguridades sobre todo, en el estrechón de mano en el contacto social tiene su costo. Yo lo subestimé hace unos días. Por ello pienso, recaí y el síntoma que siempre dije que nunca tuve, se activó, como si tratase el virus de saldar eso en mi cuerpo.

Tuve fiebre muy alta, no pude dormir el primer día, por la elevada temperatura de mi cuerpo. Tampoco quería caer dormida profundamente porque tenía miedo de no despertar más. Fue horrible, no se lo deseo a nadie. Pero lo supere por ahora.

Por esta experiencia, como muchas otras, el estrechón de mano y el contacto con otros deberá tener las bioseguridades de siempre. Nadie se puede ofender y resultaría irresponsable, más que vergonzoso de suceder.

Hoy el estrechon de mano y el beso tienen otro significado, mucho más potente que antes. Representará en unos sacrificio, en otros valentía y en otros un acuerdo de confianza con consecuencias que podrían, costarnos la vida y de la cual, estaremos dispuestos a soportarlo.

Psic. Díane Rodríguez

PD: Por temas de propiedad intelectual este escrito está en mi sitio web publicado.

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