Transfobia de funcionarios venezolanos altera el sueño de Diane y Fernando de casarse
Nuestro caso es sencillo de entender. Yo Diane Rodríguez soy transexual, es decir nací varón, pero seguí un proceso de transición que me hace ver visiblemente como una mujer.
Pero legalmente en Ecuador y en cualquier parte sigo siendo varón o varona, como me auto-determino. Mi novio Fernando Machado es también transexual, es decir nació mujer, pero siguió un proceso de transición que lo hace visiblemente como un varón. Pero legalmente en Venezuela y en cualquier parte, el sigue siendo mujer o hembro como se auto-determina. Tanto Fernando y yo, conservamos nuestros genitales de origen. Es decir que si nos bajan los pantalones, que es aparentemente lo que quiere hacer todo el mundo, se encontrarán con una vagina en el caso de Fernando y un pene en mi caso (Diane). Aparte, fruto de nuestro amor, hemos concebido a nuestro hijo que viene en camino desde hace seis meses. Sí, Fernando es un chico embarazado.
Escribió Diane Rodríguez, presidenta de la organización Silueta X en una carta dirigida a Gladys Requena, ministra para La Mujer e Igualdad de Género
LA HISTORIA
Diane Rodríguez y Fernando Machado llegaron a Venezuela procedentes de Ecuador el 21 de febrero con la ilusión de ultimar todos los detalles para el matrimonio que estaba pautado para el día 2 de marzo en el registro civil de Naguanagua, estado Carabobo.
Ella es ecuatoriana y él es venezolano. Ambos son transexuales y activista pro derechos humanos, se conocieron a través de las redes sociales y se podría decir que fue amor al primer click. Hoy esperan con gran dicha la llegada de su primer hijo, que está previsto que nazca a principios del mes de junio en Ecuador.
La mamá de Fernando se encargó de gran parte de los preparativos para celebrar la boda que tendría lugar en la zona central de Venezuela. Estaba listo el lugar de la recepción, seleccionado el menú que se le serviría a los invitados, los trajes de la novia y el novio. Todo a punto. Hasta que el día 22 de febrero a las 10 a.m., hora pactada para la presentación final de los documentos que acrediten el matrimonio comenzó un periplo que los ha llevado a verle la cara a la transfobia imperante en las oficinas públicas venezolanas.
“Luego de media hora de revisión, la señorita de la oficina de Matrimonios Civiles, dijo que todo estaba correcto. Nunca objeto la transexualidad mía o de Fernando, por el contrario indicó que no habría ningún problema porque se trataba de un matrimonio de distinto sexo, a pesar de nuestra apariencia de género. Sin embargo, al final decide consultar con la abogada Dayana Rodulfo.
Luego de otra media hora más, sube la funcionaria al área de Matrimonios civiles y sus primeras palabras son: ¿Ustedes son los que se van a casar? ¡Déjenme decirles que yo no voy a poder casarlos! A partir de este momento, empieza a requerir un sin número de cosas adicionales que por supuesto, no se lo piden a otras parejas de distinto sexo y que no tienen una apariencia contraria a su sexo de nacimiento o que tengan rasgos de transexualidad”. Relata Diane en una bitácora que escribió donde expone una a una las humillaciones por las que tuvieron que pasar ella y su novio, quien tiene 6 meses de embarazo.
En este video se evidencia la ignorancia de la funcionaria venezolana cuando le exige a Diane un documento donde certifique que ella es de sexo MASCULINO, no basta con que en sus documentos de identidad aparezca la letra M.